En todo proceso de cambio es fundamental tocar tres temas: el pensamiento (como proceso cognitivo), las creencias (todo aquello que la persona considera como real-lo cual puede ser cierto o no) y las emociones.
Hay un dicho entre la comunidad bariátrica muy sonado y real “nos operan el estómago, pero no la cabeza”. Es probable que la vida de un paciente con cirugía bariátrica fuera más sencilla si al salir del quirófano su conducta, su pensamiento, sus creencias y sus emociones se modificaran a la par que su sistema digestivo, pero es evidente que esto no sucede ni sucederá de esta forma.
Después de la cirugía, en la mayoría de los pacientes, existe una lucha interna: entre su capacidad gástrica, lo que piensa de lo que está viviendo, las creencias alrededor de la cirugía, sus emociones y la realidad que está viviendo.
Antes de la cirugía es importante que en terapia se trabaje con el paciente en cuáles son los pensamientos y creencias que existen alrededor de lo que será su vida como paciente bariátrico, así como cuáles son sus expectativas; de esta forma el psicólogo evalúa que tan apegado o no está de la realidad.
Hay que recordar que el patrón de pensamiento y creencias puede modificarse a lo largo de la vida, de esta forma el ser humano puede ir desarrollando diferentes estrategias y herramientas que le permiten adaptarse a su nuevo estilo de vida.